I
A tus pies soberana princesa
los hijos de Iznájar postrados están,
por sus culpas llorando te piden
los miréis con ojos de amor y piedad.
Cristianos venir, cristianos llegad
que en su ermita amorosa os aguarda
nuestra fiel Patrona, Madre de Piedad.
2
Campanitas y hermanos del alba
vuestro noble canto alegres alzad,
que hoy celebran la tierra y los cielos
de la Virgen Santa la Natividad.
cristianos llegad,
que en su ermita amorosa os aguarda
vuestra fiel patrona Madre de Piedad.
3
De la noche rompiendo las sombras
el Ángel bendito del cielo bajó,
y al hallar a su sierva dormida,
sobre el mismo lecho sus alas posó.
Así descendió, así descendió
a humillarse a tus plantas, Señora,
el Ángel bendito que el verbo anunció.
4
Hoy el alba luce más temprano
y más encendido brilla el arrebol
pues la aurora tiene esta mañana
cielo por alfombra por corona el sol.
con el arrebol
de los rayos primeros del día
nos da su sonrisa la Madre de Dios.
5
Deja el sueño le dice tres veces,
que en la Antigua vieja tenéis que encontrar
un tesoro que aunque está en la tierra,
no deja la duda de ser celestial.
Rico manantial, rico manantial,
de pureza y de gracia infinita,
patrona de Iznájar, madre de Piedad.
6
Es María la Nave de gracia,
San José los remos, el niño el timón
y el Espíritu Santo el piloto
que guía y gobierna esta “embarcación”.
¡Qué linda ocasión!
embarquemos en aquesta “nave”
que nos lleva al puerto de la salvación.
7
Ten en cuenta que el golpe de hierro
en su frente sufre un golpe fatal,
con piedad articuló su boca,
ofreciendo al mundo su gran caridad.
Queréis prueba real, queréis prueba real,
los cautivos libró de Marruecos
su mano divina, su antigua Piedad.
8
Coronada de flores y estrellas
está sobre el cielo la Madre de Dios,
dirigiendo su vista a la tierra
donde sin consuelo llora el pecador,
y con tanto amor
que al mirar de sus ojos el llanto
tiende sobre el mundo santa bendición.
9
Con el pecho de amor encendido,
los hijos de Iznájar al templo llegad,
a adorar el tesoro escondido
por la mano pía de la antigüedad.
pedid y suplicar, pedid y suplicar
los tesoros del cielo y la tierra
del Señor recibe y en su mano están.
10
Dios te salve, Reina y Madre nuestra,
de misericordia fuente celestial.
Dios te salve, Princesa te llaman
los que desterrados en el mundo están.
Salva nuestro afán
y volviendo tus ojos piadosos
de Cristo, tu Hijo, danos santa paz.
11
La mujer entre todas benditas
casas y palacios no quiso habitar,
solo quiere un altar y una ermita
y en los corazones por siempre reinar.
Venid y rogar, venid y rogar,
que es herencia de nuestros mayores
la Virgen Bendita, Madre de Piedad.
12
Con la noche compara San Pablo
a todos los hombres que en pecado están,
y es la Aurora, según los profetas,
nuestra Virgen Santa Madre de Piedad.
Cese ya el pecar,
y si sigues esta luz divina
con ella en el Cielo por siempre serás.
13
Por San Juan la vimos coronada
de estrellas su frente, vestida de sol,
y la luna puesta por alfombra,
y sus pies oprimen al fuerte dragón.
Madre del amor, Madre del amor,
ten Piedad de Iznájar y sus hijos
y gracias te damos por tanto favor.
14
Eres clara cual hermosa luna
y resplandeciente mucho más que el sol,
como tú no ha nacido ninguna
ni el eterno Padre otra igual creó.
Por eso ordenó
que a tus plantas, Soberana Aurora,
el hombre y el mundo den veneración.
15
Eres Madre Piadosa y Divina
del pueblo de Iznájar, iris celestial
en tu día cesaron las penas,
rompisteis cadenas de una eternidad.
Madre de Piedad, Madre de Piedad,
de Canarias a las baleares,
surcasteis los mares, dando libertad.