A las 7:15horas, todo el equipo se elevó en un cielo sin
nubes ni viento. En un paseo de aproximadamente 1 hora y media en el que se
pudo admirar la profundidad del paisaje, se pudo disfrutar de calma y un
silencio entrecortado por el rugido de la llama de propano que mantiene el
globo lleno de aire caliente y permite subir hasta una altura media de 1000
metros. En esas condiciones se puede aprovechar la tranquilidad de un paseo
fuera de lo común. En cuanto a la ruta, decide el viento, ya que el globo no permite
dirigirse, lo que hace de cada viaje una experiencia única.
El vuelo está
supervisado por un equipo de profesionales con titulación y más de 20
años de experiencia. Autorizada por la Dirección General de Aviación Civil
y la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, cuenta con piloto en el globo y un
equipo de apoyo y rescate al suelo.
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