Un pequeño castillo, sus torres y sus murallas la coronan desde lo alto de un cerro. De la misma fortaleza sale un entramado de laberínticas callejuelas estrechas, empinadas y flanqueadas por casas bajas pintadas de blanco que descienden por la ladera. A los pies de la loma, las aguas de un enorme pantano abrazan por todos sus flancos esta encantadora villa medieval considerada una las más bellas de Andalucía (y de España). Hablamos de Iznájar, un pequeño pueblo blanco al sur de la provincia de Córdoba con multitud de recursos para convertirse en la localidad de moda de este verano para todo tipo de visitante. Además del patrimonio histórico y monumental, el lugar que inspiró al mismísimo Alberti para escribir sus poemas es también un reclamo para amantes de la fotografía, de la naturaleza y del turismo activo por su idílico entorno con todo tipo de posibilidades (senderismo, deportes acuáticos...), sin olvidar su enorme playa natural.
EL PUEBLO
Las coloridas flores que decoran las fachadas de los edificios y los miradores improvisados desde las empinadas calles, con las montañas y el azul del pantano de fondo, llaman poderosamente la atención al pasear por este pueblo típicamente andaluz en la comarca de la Subbética Cordobesa. Plazoletas, balcones, arcos de medio punto, torres del reloj, casonas ilustres, ermitas e iglesias se suceden en el camino en cuesta hasta atravesar las murallas y alcanzar los dos enclaves monumentales más emblemáticos del lugar: el castillo y la iglesia renacentista de Santiago Apóstol (siglo XVI), separadas entre sí por la Plaza de Rafael Alberti, un pequeño espacio decorado con flores que fue inaugurada por el propio escritor en 1989 cuando regresó por segunda vez a la localidad. La primera fue en 1920, cuando encontró inspiración para escribir su libro La Arboleda Perdida, que incluye el poema Torre de Iznájar, grabado en el mosaico de azulejos que preside esta plaza.
En el mismo barrio amurallado de La Villa está el colorido Patio de Comedias, uno de los rincones más fotografiados del pueblo, por las más de 600 macetas que lo decoran, por las fachadas impecables de las casas que lo rodean y por las impresionantes vistas del resto del pueblo, del pantano y de las montañas que se obtienen desde él. Fue el antiguo zoco y también lugar de representaciones teatrales, de ahí su nombre.
En lo más alto del pueblo, a 533 m, se sitúa el castillo de Hisn Al-Ashar (traducido: castillo alegre), cuyo origen se remonta al siglo VIII, con ampliaciones hasta el siglo XV. Destacan la Plaza de Armas, un enorme aljibe, al que se accede por una escalerilla de siete metros, y la Torre del Homenaje, a la que se puede subir para disfrutar de las increíbles vistas. Precisamente, las torres y murallas del Castillo de Iznájar, se han convertido en los últimos días en uno de los lugares más de moda para los amantes de la fotografía (y los ávidos de likes en Instagram), por su encuadre perfecto de los atardeceres, considerados de los más hermosos de Andalucía. Además de la puesta de sol, la instantánea se completa con un paisaje con el embalse y los campos de olivares al fondo y con el entramado de calles del casco urbano blanco del pueblo a sus pies. Para visitar la fortaleza no es necesario reservar cita previamente y las entradas pueden adquirirse en la taquilla por 1 euro. El horario de tarde durante el verano es los viernes y sábados,de 19 a 22 h. El horario de mañanas es de martes a domingos de 9.30 a 13.30 h. (más información aquí).
EL PANTANO
Iznájar se encuentra a orillas del pantano del mismo nombre, el más grande de Andalucía, en el que vierte sus aguas el río Genil. Con unos 100 km de orilla, en él se pueden practicar numerosos deportes acuáticos, desde kayak hasta vela, paddle surf, piragua... A lo largo de la costa que rodea Iznájar hay parques, merenderos, senderos para hacer excursiones, miradores, lugares para pescar y hasta una gran playa de 1,5 kilómetros (Playa de Valdearenas) apta para el baño y con servicio de alquiler de canoas, hidropedales, tablas de paddle surf, etc.
Para hacer un plan más tranquilo, existe la posibilidad de dar un paseo en barco por el lago, en el que un experto explicará la historia y naturaleza del lugar mientras se degustan tapas típicas de la zona. Más información sobre ésta y otras actividades, así como de la ruta audioguiada por el pueblo, aquí.
DÓNDE COMER
Los derivados del cerdo, que se elaboran de forma casera en la época de la matanza, el tradicional Relleno, un embutido con huevo, pan rallado, trozos de jamón y pechuga de pavo, típico de Carnaval, y el salmorejo de naranja y bacalao, así como la porra, son algunos de los platos tradicionales locales, regados, por supuesto, con el aceite de oliva local. La villa cuenta con numerosos restaurantes, tascas o terrazas al aire libre para degustar su gastronomía. Mesón Abuela María (9 de junio de 1910, s/n), con sus menús caseros de cocina tradicional, Casa Juani (Carretera Lucena-Loja Km 47, 5), con su bonita terraza sobre el pantano, o Nuevo bar marcianos (Cruz del Postigo, 8), con sus abundantes tapas y raciones, son una buena opción.
DÓNDE DORMIR
Caserío de Iznájar (urb.Valdearenas. Calle El remolino s/n; 957 50 80 11). Sencillo hotel en un edificio típico andaluz rodeado de naturaleza con vistas al pantano y a cinco minutos a pie de la playa de Valdearenas. Dispone de terraza, piscina y restaurante. Precio: desde 60 euros. Reservas aquí.
Casa Las Tinajas (9 de junio de 1910, 6; 680 81 78 45). En pleno centro histórico de Iznájar, este pequeño hotel cuenta con piscina al aire libre y párking. Precio: desde 50 euros. Reservas aquí.
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