Peter Beale ha estado esta semana, en la muestra de Cine lago de Iznájar, en Córdoba.
Un espacio, en pleno centro geográfico de Andalucía, que ya había seducido al productor antes de poner allí un pie. "Es una localización fascinante, con una gente maravillosa. Ya había estado leyendo sobre la historia del lago", explica Beale sobre un pantano faraónico cuyas aguas inundaron el antiguo pueblo y que hoy, tristemente, apenas cubren una mínima parte del espacio.
"Es otro ejemplo del problema medioambiental al que nos enfrentamos", lamenta Beale, que, además de haber estado detrás de algunas de las películas más exitosas de los años 70 y 80, como Alien o Star Wars, ha dedicado los últimos años a concienciar a los más jóvenes sobre el cambio climático y las graves amenazas a las que nos enfrentamos como especie. De todo ello y más ha estado charlando el productor anglosajón estos días junto al gran lago de las Sierras Subbéticas.
PREGUNTA. ¿Qué te ha traído a Iznájar?
RESPUESTA. Vine porque me impactó mucho la calidad de los participantes, así como el entusiasmo de los organizadores. Y lo primordial para mí era transmitir una serie de informaciones a los más jóvenes. Tal y como yo lo veo han sido los artistas en gran parte los responsables de que el mundo evolucionara, por ejemplo Leonardo Da Vinci o Stanley Kubrick, y han sido los ingenieros los que han logrado que esto ocurriera. Y creo que es muy importante empujar a la gente joven para que sea creativa. Para eso he venido yo, para intentar estimularlos en este sentido.
P. Y también para presentar un proyecto muy especial, ¿no?
R. También. Se ha proyectado mi cortometraje Campos secretos, que grabé en Carboneras y en el Parque Natural de Cabo de Gata, y que muestra cómo vivían allí hace 50 o 60 años y cómo se relacionaban con su entorno. El medio ambiente es muy importante para mí. Y he notado que, cuando hablas con los más pequeños, les interesa el tema, pero saben poco de él. Muchos no saben ni de dónde vienen los pollos, piensan que vienen del supermercado. Y yo hice esta película para los más jóvenes, para que supieran cómo es vivir en armonía con la naturaleza y apreciaran la vida en el campo. Y ha sido muy interesante ver las reacciones a la película. Además, este jueves he dado una masterclass sobre producción.
P. Me imagino que se habrá podido explayar en este campo.
R. Sí, pero porque todavía me asombra que solo unas pocas personas sepan en lo que consiste este trabajo. Producir va mas allá de la financiación. En la industria del cine y del entretenimiento hay tres factores: creatividad, logística y financiación. Y el productor es el que encuentra el equilibrio entre los tres.
P. Así que el resumen es que el futuro tiene que ser creativo y sostenible.
R. Es así. Nuestro futuro necesita creatividad y una visión medioambiental diferente. Porque hay mucha gente que no entiende todavía lo que significa el medio ambiente, ni cómo se relaciona con él. Mira la Covid. La Covid no es la primera pandemia que hemos sufrido, ya tuvimos la peste negra en el siglo XV y sobrevivimos. Y hemos sobrevivido a la gripe aviar y a la polio, igual que sobreviviremos a la Covid y a las próximas pandemias, probablemente asociadas a las bacterias resistentes a la penicilina. A todo eso vamos a sobrevivir. A lo que no vamos a sobrevivir tan fácilmente es al cambio climático si no nos lo tomamos en serio. Y para los jóvenes, es importante que se empiece por lo básico, porque conozcan el campo y el entorno que les rodea.
En este ámbito, el año pasado impulsamos un festival en Carboneras llamado Pantalla Verde, que quizá el próximo año podamos retomar, y que aborda esta temática desde una perspectiva propositiva. Es decir, a mí no me interesa exponer el problema si no soy capaz de proponer una solución.
La mayoría de las películas que tratan el cambio climático solo muestran el problema y nunca ofrecen una solución
P. El cine quizá pueda ser una herramienta interesante en este ámbito. ¿Hay alguna película que le parezca particularmente interesante para explicar los cambios climáticos a los que nos enfrentamos?
R. No tengo ninguna en mente. Creo que, desgraciadamente, la mayoría de las películas que tratan de este tema solo muestran el problema y nunca ofrecen una solución. Y a mí me interesan las dos cosas.
P. Usted ha sido parte del Nuevo Hollywood y ha visto los tremendos cambios que ha sufrido la industria en las últimas cinco décadas. ¿Cómo ve el mundo del cine hoy en día?
R. Pues me parece que está en un momento muy vibrante. Gracias a las plataformas como Netflix, Prime Video, etcétera, y a las mejoras que aporta la calidad digital, se están haciendo películas increíbles y también series de televisión. Piensa que el cine siempre ha estado limitado, básicamente, a contar la historia en 120 minutos, porque los dueños de los cines así podían programar más sesiones y ganar más dinero. Recuerdo que, cuando se hizo Lawrence de Arabia, los proyeccionistas pedían una versión de dos horas (Se ríe). Ahora, gracias a las plataformas, se puede acceder a un contenido de enorme calidad y, encima, repartido en 50 o 60 episodios. Y eso me parece maravilloso, porque aumenta la cantidad y la calidad.
Lo triste para mí es que Andalucía, y especialmente Almería, no esté beneficiándose de las posibilidades económicas que esto ofrece. Tenemos a gente construyendo estudios en Londres, París e incluso en Madrid. Pero aquí, en Andalucía, donde tenemos unas localizaciones inmejorables y un clima maravilloso, no hemos logrado convertir esta tierra en un plató atractivo para las producciones. Esto es algo que me entristece.
P. ¿Por qué cree que no se ha logrado?
R. No lo sé, porque añado otra cuestión: los equipos y técnicos españoles son muy muy buenos.
P. Algunas de las cuestiones que monopolizan el debate en la industria del cine son sobre el excesivo peso que tienen las películas de superhéroes y estas grandes producciones palomiteras. Muchas de ellas son, en buena medida hijas del trabajo que hiciste tú en los 70 con Star Wars. ¿Erais conscientes de que ibais a cambiar el cine cuando hacíais la película?
R. No. Cuando hicimos Star Wars no teníamos ninguna garantía de que iba a ser un éxito. Sabíamos que teníamos un trabajo de arte y producción increíble y que habíamos logrado una serie increíble de innovaciones en lo que a efectos especiales y visuales se refiere, pero no teníamos ni idea. Y para mí, lo que más me interesaba y todavía me interesa, es La Fuerza (Se ríe). Yo soy de los que sabía que La Fuerza es real y que iba a poder desarrollarse la idea en los siguientes films. Pero, por resumir: solo sabía que podíamos hacer una buena película; ninguno de nosotros pensaba que Star Wars iba a ser una de las películas más exitosas de la historia del cine.
P. Algo vieron ustedes en el guión que nadie más vio.
R. Bueno, no fue mi decisión hacer la película. Eso correspondió a Alan Ladd Jr, mi jefe en EE.UU. La película había sido rechazada por todos los estudios a pesar de que George Lucas acababa de triunfar creativa y económicamente con American Graffiti, producida por Universal. Lo normal esos días era que, cuando una película era un éxito, el estudio que la había hecho posible se quedara con la siguiente película del director. Así que George le presentó a Universal una película que originalmente se llamaba Las aventuras de Luke Skywalker. Y Universal dijo no. Lo mismo que Warner Brothers o MGM, todos los estudios.
P. Qué cara debieron poner los jefazos de los estudios después, cuando vieron el éxito de la saga.
R. Lo cierto es que todos dijeron que no por unos motivos muy fundamentados. En aquel entonces, las películas del espacio y ciencia ficción eran serie B. Y la serie B no hacía dinero en los cines. Y sabían que Star Wars iba a costar un buen dinero y que, además, incluía unos efectos especiales que nunca antes se había hecho. Para colmo, los tres actores principales, Mark Hamill, Carrie Fisher y Harrison Ford, eran unos completos desconocidos. Así que nadie se iba a pelear por hacer una película con esas condiciones.
Los mejores creadores están abiertos a escuchar y darle el crédito a quienes les ayudan
P. Y entra de repente la Fox.
R. Exacto. Y en aquellos días, la 20th Century Fox todavía se estaba reponiendo del fiasco de Cleopatra, que puso a la empresa en bancarrota. Lo que ocurrió es que habíamos hecho en Londres The Omen (La Profecía), que había sido un gran éxito. Y como teníamos el dinero, mi jefe, Alan Ladd, me mandó el guion y me preguntó: “Los expertos de aquí, en Hollywood, dicen que esta película es irrealizable, ¿crees que podríamos hacerla en Londres?”. Y yo dije: “Sí, podemos hacerla”. Lo que hice fue rodearme de los mejores profesionales que había en Londres, los mejores técnicos de los que disponía, y comenzamos a hablar de presupuesto y de rodaje.
Ya solo me quedaba una cosa: asegurarme de que podíamos hacer la mejor película posible que George Lucas quería hacer. Así que pedí que George viniera a Londres y cuando llegó le demandé que me dijera exactamente qué tenía en mente. Y fue algo hermoso, porque con nosotros estaba Ralph McQuarrie, que después fue responsable de todo el diseño, y que entonces se pasó dos semanas dibujando el guión línea a línea. Para cuando terminó el trabajo, teníamos un boceto de la película, un presupuesto y un plan de rodaje.
P. Un rodaje que debió ser la antítesis del trabajo que habías hecho, por ejemplo, con David Lean. De rodar en exteriores a meterte en un macroestudio con cromas.
R. Totalmente. Pero bueno, también había cambiado yo. Cuando hice Lawrence de Arabia yo era el más joven del equipo. Pero tuve la suerte de que David Lean se convirtió en un mentor para mí. Hablábamos mucho y trabajamos codo con codo. Y David Lean es el ejemplo de un director experto. Siempre estaba enfocado en contar la historia cinematográficamente. Él siempre se concentraba en la forma más pura y cinematográfica de contar la historia. La verdad es que me siento muy honrado de haber podido trabajar con él, al igual que también me siento orgulloso de haberlo hecho con Fred Zimmermann, que es otro cineasta clásico o, George Cuckor. Pero también con Ridley Scott, Roman Polansky o David Lynch.
P. La lista es increíble. ¿Qué tienen todos estos artistas en común? ¿Cuál sería la cualidad que los une a todos?
R. Te lo voy a decir: los mejores creadores están abiertos a escuchar y darle el crédito a quienes les ayudan. Esto es el común denominador de todos estos cineastas. Pero también lo es de los mejores actores, de los mejores operadores de cámara, de los mejores editores… Recuerdo comentarle algo a David Lean y que él se diera la vuelta y decir: “Escuchadme todos, Peter ha tenido esta idea”. Y esto es algo increíble, ver a David Lean probar algo con Alec Guiness basado en una sugerencia tuya. Y ver que todo el equipo se siente libre para contribuir. Y lo mismo te puedo decir de Ridley Scott. Es lo mismo. Los más grandes tienen, a la vez, modestia y confianza en sí mismos. Todos te dicen: “Yo puedo hacerlo, pero quiero hacerlo mejor. Quiero encontrar ese punto extra”.
P. ¿Hay alguna película, de todas las que has hecho, que, pese a ser más desconocida, te haya hecho sentir muy orgulloso?
R. Sí, creo que esa película es Touch of class. Era muy joven cuando la hice, tenía 27 o 28, y se me acreditó como productor asociado, a pesar de que fui, en término estricto, el productor. La dirigió Melvin Frank, que era un gran director de comedia. Fue una película muy económica, que se rodó en Londres, y que acabó siendo un gran éxito comercial, que ganó el Oscar a la mejor música. Y, además, Touch of class fue la película que me consiguió la entrevista para el trabajo en 20th Century Fox, donde acabe siendo director gerente en Londres con 29 años. Recuerdo perfectamente que, en el pasillo, estaba rodeado de cinco o seis de los mejores productores que había en Londres, y que me sentía avergonzado por estar allí. ¡Y conseguí el trabajo! Y ha sido un trabajo maravilloso. La verdad es que pudimos hacer unas muy buenas películas en aquella época.
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