En los últimos años los pescadores deportivos han mantenido una serie de reivindicaciones para poder desarrollar su actividad sin contratiempos. La presencia en el embalse de especies invasoras como los siluros y el mejillón cebra obligaron a la Administración a imponer una serie de vedas que provocó la reacción del colectivo de pescadores. Finalmente se alcanzó un consenso entre la lucha contra las especies invasoras y la práctica de la pesca con carrete en zonas del embalse habilitadas para especies como carpas, barbos, bogas y trucha blackbass. Los pescadores consideran que el fomento de la pesca deportiva en el embalse de Iznájar significará una fuente de riqueza, dada la ubicación en pleno centro geográfico de Andalucía.
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