viernes, 24 de septiembre de 2021

Los restos del pueblo sumergido de Iznájar han emergido, y recorrerlos es una experiencia espectacular

 


Muchos vecinos de la localidad cordobesa de Iznájar aún recuerdan cómo, en la segunda mitad de la década de los 60, muchas viviendas, fábricas, carreteras y puentes del pueblo desaparecieron sumergidos por las aguas del embalse, junto con las tierras de labor más productivas del municipio. Por eso resulta tan especial cuando, durante ciertos inviernos, con la bajada de los niveles de agua, asoman en el enorme lago restos del puente de piedra, chimeneas de antiguas fábricas, torres de luz y viviendas.

En esos momentos, en el llamado 'lago de Andalucía' se inauguran nuevas rutas por las que pasear y en las que descubrir sin necesidad de bucear estos restos que en su día quedaron cubiertos por el agua en un paseo místico e histórico a partes iguales. "Los meses de otoño e invierno devuelven a la retina imágenes olvidadas, y traen a la memoria el modo de vida en esta zona durante los años 60, pues, junto a las huertas, también estaban los molinos, las fábricas de tejas que daban trabajo y sustento a esta localidad o los caminos que llevaban a fincas, cortijos y otras pedanías cercanas", explican desde el Ayuntamiento de Iznájar.

"Un ejemplo de esa actividad económica y productiva que se puede ver en un curioso paseo por la orilla del embalse es la chimenea de la zona del Puente de Hierro que, en su momento, formaba parte de la orujera de la fábrica de aceite de Industrias Belo, y que se sitúa en la que antiguamente era la aldea del Barrio de San José", recuerdan. En este mismo área se encuentran restos de lo que fueron las casas de vecinos iznajeños, que no tuvieron más remedio que emigrar ante la inminente construcción de esta obra civil e hidráulica, en su momento una de las más ambiciosas de España y hoy motor económico y fuente de nuevos recursos acuáticos, energéticos e incluso económicos para la zona.


"Un ejemplo de esa actividad económica y productiva que se puede ver en un curioso paseo por la orilla del embalse es la chimenea de la zona del Puente de Hierro que, en su momento, formaba parte de la orujera de la fábrica de aceite de Industrias Belo, y que se sitúa en la que antiguamente era la aldea del Barrio de San José", recuerdan. En este mismo área se encuentran restos de lo que fueron las casas de vecinos iznajeños, que no tuvieron más remedio que emigrar ante la inminente construcción de esta obra civil e hidráulica, en su momento una de las más ambiciosas de España y hoy motor económico y fuente de nuevos recursos acuáticos, energéticos e incluso económicos para la zona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario